Reportajes

10 de enero 2020

Bioshock – El Hombre elige. El esclavo obedece.

Nos anticipamos al regreso de la popular franquicia con un repaso de sus tres entregas.

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Ya es inminente. Hace solo unos días se reveló que la saga creada por el director Ken Levine estará de regreso en un futuro cercano. Ya sin su creador original, el videojuego corre a cargo de un nuevo estudio llamado Cloud Chamber. Dicho nombre puede estar dando pistas sobre hacia donde se orientará ésta saga de culto los próximos años.

Mientras esperamos, les compartimos nuestra experiencia con la franquicia y nuestros motivos para experimentarla al menos una vez, si es que no lo han hecho ya.

Si esta saga nos deja algún mensaje profundo es el siguiente: Cualquier persona, por mas buenas y puras que sean sus intenciones, puede traicionar sus propios ideales en su obsesión por el poder.

Las Utopías no existen, y si no estamos preparados física y psicologicamente, cualquier avance tecnológico extraordinario nos llevara a nuestra propia extinción.

Los dos primeros juegos se desarrollan en Rapture, una ciudad bajo el océano que ha llegado a la cúspide tecnológica pero también a su perdición.

La trilogía se caracteriza por su argumento y calidad narrativa, ademas de por su divertida jugabilidad y un apartado artístico muy cuidado.

Sobre el papel, Bioshock es un Juegos de Disparos en Primera Persona ambientado en Ucronias Distopicas de Ciencia Ficción , con elementos de Juegos de Sigilo y RPG.
Pero limitarse a decir que la experiencia solo se basa en estas mecánicas es limitarse demasiado.

Ademas de las armas de fuego, contaremos con poderes especiales, que varían de nombre en los distintos títulos, y con sencillos minijuegos de pirateo que nos permitirán acceder a lugares inalcanzables o simplemente poner a un enemigo de nuestro lado.

Cada entrega nos sitúa en un tiempo, lugar y universo diferente. Cada mundo tiene un idealista. Cada idealista, su propia ciudad. Y es en ese punto donde Bioshock se hace fuerte.

La narrativa de estos títulos se diferencia de los juegos tradicionales, donde se nos describen los acontecimientos por medio de cinemáticas o textos.

En Bioshock, la narrativa esta fusionada con la jugabilidad, por lo que depende de ti ir desentramando los secretos de cada escenario.
Esto es un punto muy importante, ya que los videojuegos estar empezando a despegarse de otros medios como el cine o la literatura para crear un lenguaje propio. No te cuentan una historia, la vives.

El apartado artístico es alucinante, cambiando de entrega en entrega para siempre sorprender al jugador. Hay enormes referencias al Art Deco y al Renacimiento mas puro.

Los Big Daddies son el símbolo de la franquicia; dependiendo de nuestras acciones, pueden ser fuertes aliados o crueles enemigos.

No quiero contar demasiado de la historia, pero básicamente se resumen en que un individuo decide rebelarse contra un gobierno injusto y opresor, que ha llevado a la ruina a una ciudad que por diversos acontecimientos ha alcanzado la cúspide de la tecnología conocida por el hombre.


Todo eso un una ambientación retrofuturista, es decir, la mezcla de tecnologia de Ciencia Ficcion con elementos del pasado (siendo en las 2 primeras entregas un mundo Diesel Punk, y uno Steampunk en la tercera), y en medio de grandes conflictso politicos.

Sin embargo, esta trama rápidamente va ramificándose en muchas subtramas y acontecimientos, que en varias ocasiones serán consecuencia de nuestros actos y decisiones. Y es que las dos primeras entregas (no así la ultima) cuentan con varios finales diferentes.

Columbia es todo lo contrario a Rapture. Un entorno lleno de vida y color, aunque el peligro es mucho mayor que el de la ciudad submarina.

La Inteligencia Artificial es de las mejor desarrolladas nunca en un juego de video. Ningún enemigo es un ser vació que simplemente espera a que alguien lo mate. Todos tiene su propia historia, sus conflictos y relaciones personales.

Por si fuera poco muchos habitantes dependen de otros, y en ocasiones acabar con uno desequilibra el sistema y acarrea consecuencias fatales.

El Diseño de Niveles no se queda atrás. Siempre hay mas de una manera de resolver una misma situación, lo que incita a la rejugabilidad de los títulos.

A nivel gráfico y tecnológico, la trilogía luce espectacular. Aunque el primer juego tenga ya casi 10 años, la Era HD le a sentado muy bien y sigue siendo muy disfrutable a día de hoy.

Los combates se componen de dos elementos; las armas de fuego y los plásmidos/vigorizadores, que invitan a combinarse entre sí para descubrir nuevas formas de acabar con los enemigos.


Ni hablar de sus secuelas (lanzadas en 2010 y 2013, respectivamente), que presentan un gran detalle en las texturas y animaciones.

El sonido, opresivo e incitador a la vez, siempre nos pone en ambiente junto a la música, que es variada y se complementa a la perfección con el resto de apartados.

Booker Dewitt es el primer protagonista que habla en toda la franquicia; interpretado por el gran Troy Baker, su personalidad y pasado son lo más interesante de Infinite

En resumen. Bioshock es una experiencia única. Una que todo gamer debe probar alguna vez. Ken Levine es un genio y esta trilogía es su mayor obra.

Aun con sus defectos, la saga puede enmarcarse ya entre las mejores de la historia y empieza a despejar las dudas sobre si los videojuegos ya son obras de arte, al igual que el cine, la literatura o la música.